Interdisciplina y transdisciplina
La conformación de bioscénica, como compañía especializada en la combinatoria de artes, ciencias y tecnología, tiene un eje central de atracción y definición, alrededor del trabajo de Minerva Hernández Trejo. Su formación multidisciplinaria (danza, teatro, fotografía, cinegrafía, iluminación, gráfica digital, video, edición, producción, dirección artística, animación, multimedia, entre otras), y la derivación lógica hacia la transdisciplina, entendida como la hibridación para dar origen a nuevas propuestas artísticas, es el antecedente de la formación de su propia compañía.
El trabajo realizado por ella desde 1999, en permanente colaboración con decenas de artistas y colectivos artísticos, científicos y teóricos con un enfoque multimediático y tecnológico, permite trazar una ruta clara de su vocación por la investigación y experimentación “fuera de los márgenes”, que ha llevado al nacimiento de bioscénica, como espacio natural para la consolidación de propuestas multi, inter y trans disciplinarias, sin necesidad de encasillar sus aportaciones.
Basta revisar puntualmente los materiales que testimonian y respaldan cada una de las producciones en las que ha participado esta artista –en el papel de colaboradora, productora o directora general-, como pilar de bioscénica –compañía de reciente constitución pero con larga trayectoria de trabajos realizados–, para visualizar que no existe en México, todavía, una iniciativa consolidada, institucionalizada, formalizada, de transdisciplina con aplicaciones escénicas, donde las artes, las ciencias, la tecnología, los nuevos medios y las nuevas visiones de intersección puedan confluir y trabajar sistemáticamente, con apoyos claros, privados y públicos, en aras de alcanzar también nuevas aportaciones.
Basta, también, echar un vistazo relámpago a las propuestas de festivales, encuentros, seminarios y congresos nacionales e internacionales donde la fusión y transfusión de ideas y aportes artísticos implican la transdisciplina como el puerto natural en el que recalan individuos y compañías en busca de nuevas y mejores herramientas para realizar su trabajo sin limitaciones conceptuales.
No sobra decir que los artistas en México viven, en su mayoría, condiciones erráticas de subsistencia, que les impiden dedicarse de lleno a la creación, producción y difusión de su trabajo en beneficio de los públicos amplios y heterogéneos que hay en el país. Y sin embargo, lo han hecho a lo largo de los años, por lo que el nacimiento y consolidación de una compañía como ésta es una clara apuesta también por la formación y réplica en otras nuevas compañías independientes con estas características.
Esta es la apuesta de bioscénica, sumar talentos en transfusión, brindarles estabilidad y claridad, y detonar una construcción sistemática de propuestas y producciones que se consoliden.
Así nace bioscénica, como un puerto de llegada, pero también de partida.
Alejandro Ortiz González